Chau Cepo, ¿Hola Carry Trade?
El reciente desarme del cepo cambiario ha generado un cambio significativo en el panorama económico. La decisión del Gobierno de liberar el cepo para personas físicas fue una sorpresa bien recibida por el mercado. Esta medida fue acompañada por un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s20.000 millones, respaldado también por el Banco Mundial y el BID, que aportarán u$s12 mil y u$s10 mil millones respectivamente en programas plurianuales.
De este total, u$s17.600 millones se destinarán a la recapitalización del Banco Central (BCRA) hacia junio de 2025. Además, se acordó un nuevo REPO de u$s2.000 millones, lo que permitirá aumentar rápidamente las reservas del BCRA en u$s19.600 millones. Se ha implementado un esquema cambiario de flotación entre bandas mucho más flexible de lo esperado, con límites que oscilan entre $1.000 y $1.400, y que se ajustan un 1% mensual.

Impacto en la Política Monetaria
En el ámbito de la política monetaria, se ha dejado atrás el esquema de Base Monetaria Amplia fija, pasando a un enfoque de objetivos de agregados monetarios sobre el M2 transaccional privado. El BCRA mantendrá un sesgo contractivo, buscando ubicar el agregado monetario objetivo dos desvíos por debajo de su proyección de demanda de dinero. Esto sugiere que la tasa de interés se volverá endógena y se mantendrá elevada.
Reacción del Mercado
La reacción inicial del mercado fue notable: el contado con liquidación se desplomó 8,9% desde el cierre del jueves, mientras que el tipo de cambio oficial subió 11,5%, comprimiendo la brecha cambiaria a 3,5%. Aunque aún existen restricciones para las personas jurídicas, esta baja en la brecha ayuda a mitigar los efectos negativos de los controles cambiarios.
El riesgo país se contrajo en 150 puntos básicos y las acciones en dólares aumentaron 19%. La ansiedad que había dominado al mercado durante un mes y medio se transformó rápidamente en euforia, dado que el nuevo programa tiene varios aspectos positivos.
Perspectivas y Oportunidades
El BCRA dejará de perder reservas intentando mantener un esquema cambiario que ya no era sostenible, y asumirá la volatilidad de la flotación. Además, el Gobierno se comprometió a fortalecer el ancla fiscal aumentando la meta de superávit primario del 1,3% al 1,6% del PIB. Se ha adoptado un programa monetario ortodoxo con objetivos específicos de agregados monetarios tradicionales y se ha conseguido un robusto apoyo financiero internacional.
A pesar de los avances, el momento de esta decisión es crítico, dado que se ha tomado a seis meses de las elecciones. Esto demuestra una gran convicción en el programa y una determinación para tomar decisiones difíciles desde una perspectiva política, respaldada por un fuerte apoyo internacional.
Retornos del Carry Trade
Respecto a las estrategias de inversión en moneda local, el futuro del tipo de cambio es fundamental. Si bien el BCRA ha dejado abierta la posibilidad de intervenir dentro de las bandas, el Gobierno ha dejado en claro su intención de que el tipo de cambio flote libremente. Dado que el tipo de cambio está por debajo de la banda superior, los inversores deberán estar dispuestos a extender la duración de sus inversiones más allá de octubre de 2025.
Si el Gobierno logra que el tipo de cambio converja hacia el límite inferior de la banda, los retornos de las estrategias de carry trade podrían ser excepcionales. Por ejemplo, si se invierte en una LECAP hoy y el tipo de cambio cae al piso de la banda, el retorno en dólares podría superar el 25% en solo un mes. Sin embargo, históricamente, alcanzar esos niveles resulta poco probable.
Conclusiones sobre el Programa Económico
En conclusión, la fase 3 del programa económico del Gobierno es un paso significativo hacia la normalización de la economía argentina. La decisión de normalizar el acceso al mercado cambiario para inversores no residentes podría interpretarse como un avance positivo. Sin embargo, el riesgo principal es que una entrada de capitales especulativos pueda causar una apreciación de la moneda, lo que llevaría a un nuevo debate sobre el tipo de cambio real y el déficit comercial.
Es preferible contar con un BCRA que esté dispuesto a comprar reservas dentro de la banda cambiaria, limitando su influencia en el tipo de cambio. Las estrategias de inversión deben ser evaluadas cuidadosamente ante este nuevo panorama.